domenica, agosto 28, 2005

Dos cosas que me gustaron mucho de Wasabi

Una novela de Alan Pauls que acabo de terminar de leer. Esta memorable sentencia, que en el libro está perfectamente insertada, es una de ellas:

Supe entonces cuánto más extraña es la juventud que la ficción(...)

Toda la escena que rodea a esta cita es extrañísima y funciona muy bien. Me gustó y no me extraña que a Bolaño le encantara esto. El protagonista bien podría ser un personaje suyo. Eso, y el recurso de resumir todo un período de la vida del protagonista haciendo un recuento de elementos y recuerdos (nada novedoso hasta aquí) bajo la forma de visita guiada por un museo que se introduce comenzándo un párrafo

Entrando al museo de mis días de mendigo, una vez sorteada la placa que conmemora a sus contribuyentes (yo, mis eventuales seudónimos), se tropieza con la primera vitrina. Tiene una forma rectangular, los bordes son de madera, y una desatinada iluminación baña el vidrio de reflejos excesivos. Asomándose al interior en cuarenta y cinco grados, sin embargo, el objeto expuesto se aprecia bastante bien: es una tira doble de espuma de goma. Su extensión ha obligado a enrollarla parcialmente para que entre en la vitrina. Sobre uno de los listones de madera, uan pequeña placa de cobre dice: Bufanda.