martedì, ottobre 25, 2005

Pasan muchas cosas

y al final nunca paso por acá. Pero me gustaría seguir con esto. ¿Aprovechar que es un blog de consumo interno y meter cosas más personales? No me convence. La onda querido diario solo me erotiza si escribe una chica menor de edad. Y ¿Qué pasa con las lecturas, con las músicas... con la industria cultural en general? Bueno, pasa que se dan varias situaciones que atentan contra la expresión blógica del individuo. Primero, las vacaciones, que distienden y empujan más a la querida contemplación que a la creación (no, no pinto, me refiero a postear, nomás). Luego, el inicio de clases, que implica la multiplicidad de posteos orales en los pasillos y cafeterías de las facultades. Al final, lo que uno tenía para decir ya lo dejó todo en la facultad. ¡Oh no! La facultad me agota, sí. De política hablo en el trabajo. Para eso tengo un compañero estudiante de filosofía y comunista y otro cubano, maricón y anticastrista. Sumá a los marroquíes y a la recepcionista y completamos un espectro amplio de debate.
Pero si querés, te cuento que fui a ver a Adam Green y me llevé una sorpresa maravillosa: Jeffrey Lewis, telonero y vendedor de sus propios discos. Ah, este muchacho sabe lo que hace. El tipo escribe y dibuja cómics, y las canciones son una prolongación de esas narraciones. Poder de síntesis, humor, acidez... qué más se le puede pedir a un new yorker anti folk de Rough Trade (tiene un tema en el que canta toda la historia del sello mientras va pasando hojas de un album con dibujos ilustrativos del tema, muy lindo). Tiene bastantes cosas grabadas sueltas, y un par de discos completos suyos. Cuando terminó de tocar, me fui a la parte de atrás de la sala a ver si conseguía su disco y resultó ser él el vendedor, así que comprobé que era un tipo simpático e inteligente. Me llevé The last time I did acid I went insane and other favourites y un diario de la gira 2004 cuyo autor era (yo no me di cuenta entonces), el bajista y hermano de Jeffrey. El disco está todo muy bueno, supongo que entra en eso del lo-fi (debería, por momentos suena peor que The Velvet & Nico), y las letras, como creo que ya dije, son buenísimas. Es casi todo rasguido de acústica o arpegio torpe y una voz que canta-recita sobre eso, pero con un nivel... Como no consigo encontrar una transcripción de mi letra favorita (Chelsea Hotel Oral Sex Song), voy a pegar otra mientras evalúo la posibilidad de transcribirla yo mismo. Es un poco larga. Vamos a ver.
En cuanto al sr. Green, resultó estar medio enfermo, con dolor de garganta, y todo el tiempo pedía disculpas por no estar al 100 por ciento. Aún así fue divertido, y él con un resfrío sigue cantando mejor que la mayoría (¡Qué voz, mamma mía!). Voy a ser presumido: es la tercera vez que lo veo. No fue la mejor (la vez anterior, la segunda, fue casi perfecta), pero fue en la que mejor lo vi a él. Quiero decir: más centrado en la música, menos colgado. La primera vez parecía Ozzy Osbourne en su sillón de ver la tele. El asunto es que esta vez todo sonó más relajado, las versiones de los temas fueron más suaves (no mucho, pero los músicos estaban sentados, así que para MTV sería un unplugged), y hubo tiempo para que el público pidiera temas a la carta. ¡Ajá! ¡Y yo que seguía sin escuchar Bungee Jumping en vivo! Era mi oportunidad, así que fui el primero en levantar la mano y ante las miradas reprobatorias del resto del público (Querían Prince`s Bed, está bien, después la tocó), tuve mi canción. Como diría cualquier perdiodista de Clarín: Todo un lujo. El cierre triunfal fue con un cover lindo: Kokomo, de los Beach Boys (Sí, la de Aruba, Jamaica, uh I wanna take ya to Bermuda, Bahama...). Hubo también versión solista de Proud Mary de Creedence entre risas y alguna otra de la lista de everyone`s favourites. Muy bien, muy rico todo.
Las lecturas: siguiendo recomendación de Mauro, estoy por terminar The Buenos Aires Affair (impresionante, este tipo debería ser mucho más conocido de lo que es). Mientras, en las vacaciones leí 2666 (todavía la estoy asimilando) y muchos cuentos (Chejov, Wilde y mi pollo Dave Eggers, del que postearé algo también). Pero esto ya es larguísimo, así que me voy a ver si busco lo de Lewis y lo pego.